En Nala Talks, conversamos con Mauricio Rojas, Gerente de Personas y Cultura en Megacentro, sobre un tema que muchos líderes de talento viven hoy: no es solo elegir “el mejor software”, sino encontrar un partner tecnológico que acompañe la comunicación, el entrenamiento y la lógica detrás de los procesos de talento.
Megacentro no estaba buscando solo una nueva plataforma. Estaba buscando una forma de profesionalizar su gestión de talento, alinear sus procesos con valores como la justicia y la transparencia, y asegurarse de que los líderes se apropiaran del modelo, no solo “cumplieran” con un formulario más.
A partir de su experiencia con Nala, emergen varias lecciones para cualquier CHRO o Gerente de Personas que hoy esté evaluando partners tecnológicos.
1. No busques solo software: busca un aliado estratégico
Megacentro llevaba ya un tiempo buscando implementar su proceso de evaluación de desempeño con distintos proveedores. El problema no era solo técnico: el proceso nunca terminaba de cuajar.
Con Nala, la diferencia no fue únicamente la interfaz o la solidez técnica de la plataforma, sino la forma de trabajar la relación: Nala no entra como “una herramienta más”, sino como un aliado estratégico que se hace cargo del resultado, no solo del login.
Un buen partner tecnológico para Talento Humano debería:
- Preguntar primero por tu estrategia de talento antes que por tus “dolores de sistema”.
- Entender tu cultura, tu historia y tus sensibilidades (bonos, liderazgo, meritocracia, etc.).
- Acompañarte en cómo comunicar y no solo en “dónde hacer clic”.
- Desafiarte cuando ve que la tecnología va más rápido que la cultura.
En palabras simples: si tu partner solo te enseña a usar la plataforma, pero no te acompaña en cómo instalar el proceso en la organización, no es realmente un partner.
2. Comunicación y lógica: el verdadero riesgo no está en la plataforma
Mauricio lo resume muy claro: lo que puede botar un proyecto de talento no es necesariamente la tecnología, sino cómo se comunica la lógica que hay detrás.
En Megacentro, el proceso de desempeño estaba vinculado a reconocimientos. En una primera instancia, hubo malentendidos sobre cómo se calcularía y a quiénes afectaría. Aun cuando la plataforma funcionaba bien, una confusión comunicacional estuvo a punto de minar la confianza en el proceso.
¿Qué aprendieron?
- No basta con lanzar un proceso en la plataforma.
- Es clave explicar con detalle el “por qué” y el “para qué” antes del “cómo”.
- Las personas necesitan entender la justicia y coherencia del modelo, no solo el flujo operativo.
Ahí es donde un partner tecnológico hace la diferencia: en vez de limitarse a un tutorial, se involucra en ayudarte a diseñar y facilitar las conversaciones difíciles: cómo se vincula desempeño con bonos, cómo se reconocen resultados, cómo se toman decisiones de desarrollo y sucesión.
3. Líderes virtuosos + tecnología: sin liderazgo, no hay adopción
Mauricio insiste en algo incómodo pero real: “Da lo mismo la plataforma que pongas, si los líderes no buscan la virtud, la van a usar para reforzar sus vicios.”
Un líder con favoritismos, por ejemplo, puede usar cualquier plataforma de desempeño para justificar decisiones sesgadas:
- Pon a sus amigos en el mejor cuadrante del Ninebox.
- Evalúa mal a alguien que le cae mal, aunque tenga buen desempeño.
- Luego usa la plataforma como “prueba” para justificar sus decisiones.
Por eso, un partner tecnológico que entiende de cultura y liderazgo no solo te ayuda a activar módulos, sino que te acompaña en:
- Diseñar criterios claros de evaluación y calibración.
- Facilitar mesas de talento que confronten sesgos.
- Preparar a los líderes para usar la herramienta como un medio, no como un “escudo”.
La tecnología puede amplificar tanto la virtud como el vicio. Un buen partner nunca pierde de vista eso.
4. Prudencia y activación progresiva: construir hábitos, no campañas
Nala tiene módulos de cultura y liderazgo, performance management, talento y sucesión, y pronto diseño organizacional. La tentación natural es activarlo todo de una vez.
Megacentro hizo lo contrario:
- Partió por metas y evaluación de desempeño.
- Solo cuando eso se volvió hábito, avanzó a Ninebox y talento.
- Los planes de sucesión quedaron para una etapa posterior.
Mauricio lo llama prudencia: entender que cada organización necesita tiempo para que los procesos “se hagan carne”. Un partner tecnológico maduro no presiona para activar todo, sino que:
- Te ayuda a priorizar por impacto y madurez cultural.
- Propone un roadmap realista: qué primero, qué después, con qué acompañamiento.
- Te dice más veces “esperemos” que “activemos todo ya”.
Porque el objetivo no es “decir que tienes todo”, sino instalar capacidades que se sostienen en el tiempo.
5. ¿Qué debes buscar en tu próximo partner tecnológico? (Checklist)
Si hoy estás evaluando plataformas de talento, aquí algunas preguntas prácticas que puedes hacerte (y hacerle) al proveedor:
Sobre la alianza, no solo el producto
- ¿Hablan solo de funcionalidades o también de cultura y estrategia?
- ¿Te muestran casos reales donde hayan acompañado transformaciones culturales, no solo implementaciones técnicas?
- ¿Están dispuestos a adaptarse a una activación progresiva de módulos?
Sobre comunicación y entrenamiento
- ¿Te ayudan a diseñar la narrativa interna del proceso (bonos, justicia, meritocracia)?
- ¿Incluyen espacios de training para líderes donde se revise la lógica del proceso, no solo la navegación?
- ¿Te ayudan a anticipar riesgos de resistencia y malentendidos?
Sobre valores y forma de trabajar
- ¿Su equipo conoce el lenguaje organizacional y puede conversar de tú a tú con la alta dirección?
- ¿Están dispuestos a decirte “aún no es el momento” para activar algo?
Conclusión: la pregunta que deberías hacerte antes de firmar
Antes de cerrar con cualquier proveedor tecnológico, vale la pena hacerte una pregunta honesta: “¿Esta plataforma y este equipo me van a ayudar a instalar hábitos y decisiones coherentes con nuestra cultura, o solo me están vendiendo un sistema más bonito?”
En el caso de Megacentro, la respuesta implicó elegir a Nala no solo como plataforma, sino como partner tecnológico y consultivo, capaz de acompañar la transformación hacia una cultura Talent First, alineada con valores de justicia, prudencia y liderazgo virtuoso.
La tecnología cambia rápido. Tu cultura, no tanto. Elegir bien a tu partner es decidir quién se va a sentar contigo en esa conversación durante los próximos años.







